Los servicios de asistencia domiciliaria han experimentado una transformación significativa en los últimos años, pasando de un enfoque convencional a un modelo de "Atención Centrada en la Persona". Este enfoque implica una mayor personalización de los servicios, adaptándolos específicamente a las necesidades, preferencias y deseos de la persona atendida.
Esta evolución implica una colaboración estrecha entre profesionales de la salud, familiares y la propia persona que recibe la atención. Se busca no solo satisfacer las necesidades físicas, sino también las emocionales y sociales, proporcionando un soporte integral que mejore la calidad de vida de los usuarios.